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¿Qué es la huella de carbono y por qué es importante para mi empresa?

La huella de carbono de una empresa es un indicador útil a la hora de evaluar la gestión ambiental. Aquí explicamos qué es exactamente, y la metodología adecuada para calcularla. Los datos extraídos permiten obtener informes finales, que servirán para detallar los objetivos de reducción y conseguir certificaciones.

La huella de carbono de una organización es un elemento indispensable en el camino hacia las cero emisiones y el primero que se debe dar en cualquier estrategia de sostenibilidad.

Toda empresa comprometida con la reducción de la huella de carbono debe conocer qué es, cómo medirla en base a una metodología sólida, establecer los objetivos de reducción y compensación y cómo alcanzarlos. A continuación, detallamos los aspectos clave.

 

¿Qué es la huella de carbono?

La huella de carbono se define como el impacto que causamos los seres humanos, tanto en nuestra vida cotidiana como con nuestra actividad empresarial, en el medio ambiente. De forma muy resumida, la huella de carbono recoge los resultados de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) sobre una base anual. Se mide en unidades de dióxido de carbono (CO2).

Los gases de efecto invernadero son aquellos que producimos para construir y operar directa e indirectamente un producto, negocio, hogar, etc. Casi todas las actividades que realizamos (movilidad, fabricación…) y bienes que consumimos y utilizamos (electrodomésticos, calderas, refrigeradores, …) implican un consumo de energía, que a su vez emite los GEI que provocan el calentamiento del planeta al atrapar el calor en la atmósfera. Entre los principales gases de efecto invernadero encontramos:

  • El dióxido de carbono (CO2) que generamos al quemar combustibles fósiles.
  • El metano (CH4) que procede principalmente de la agricultura y la ganadería, así como de los vertederos.
  • El óxido nitroso (N2O) que se emite en la agricultura y los refrigerantes. Es aprox. 300 veces más potente que el CO2.
  • Los gases fluorados, como los hidrofluorocarbonos o HFC, que se utilizan en el aire acondicionado, y el hexafluoruro de azufre o SF4 también son muy potentes y tienen un alto potencial de calentamiento global.
  • El vapor de agua (H2O) que se obtiene por evaporación o ebullición del agua líquida o por sublimación del hielo.

 

 ¿Cómo se puede calcular la huella de carbono de una empresa?

Según la “Guía para el cálculo de la huella de carbono y para la elaboración de un plan de mejora de una organización” del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), la huella de carbono se obtiene multiplicando el dato de actividad por su correspondiente factor de emisión en función del tipo de combustible o gas empleado

Huella de carbono = Dato Actividad x Factor Emisión

Dato de Actividad: Parámetro que define el nivel de la actividad generadora de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por ejemplo, la cantidad de gas natural utilizado en la calefacción (kWh de gas natural).

Factor de Emisión: Cantidad de gases de efecto invernadero emitidos por cada unidad del parámetro ‘dato de actividad’. Por ejemplo, para el gas natural, el factor de emisión sería 0,202 kg CO2 eq/kWh de gas natural. En base a esta fórmula, existen varias metodologías para el cálculo de la huella de carbono (UNE-ISO 14064, GHG Protocol, etc.).

El cálculo de la huella de carbono de una organización puede realizarse a muchos niveles diferentes. Este cálculo dependerá de:

  • Los datos disponibles
  • La información que se quiera obtener
  • El papel de la política medioambiental, los objetivos de emisión y los objetivos de sostenibilidad de cada empresa

Pasos a seguir para calcular la huella de carbono

    1. Determinar el año. Como hemos indicado en la definición, el cálculo se realiza sobre una base anual, por lo que en primer lugar deberemos determinar el año de cálculo.
    2. Determinar por qué se necesita el cálculo de la huella de carbono, ya que afecta al nivel de precisión requerido y los datos que se deben recolectar.
    3. Decidir qué partes de la cadena de valor se quieren incluir en el cálculo. Lo mínimo es contar las emisiones de alcance 1 y alcance 2. En el caso ideal, también incluir las emisiones de alcance 3.
    4. Identificar las fuentes emisoras asociadas a las operaciones dentro de estas áreas.
    5. Recopilar los datos de consumo (datos de actividad) de estas operaciones y decidir con qué nivel de precisión se hará el cálculo. Es posible utilizar factores de emisión medios para evaluar el nivel general del consumo total de energía, pero los datos más precisos y específicos de cada lugar revelan información más detallada y específica de la empresa.

Para facilitar la tarea inicial y en años futuros es aconsejable:

 

Protocolo GHG y alcances 1, 2 y 3: ¿Qué son?

Por norma general, es habitual hablar del Protocolo de Gases de Efecto Invernadero o protocolo GHG (Greenhouse Gas Protocol) y los alcances 1, 2 y 3.

Alcance 1: Son las emisiones directas de GEI que son generadas por la empresa. Incluye: consumo de combustible (calefacción, equipos de proceso y vehículos), fabricación, sistemas de refrigeración, instalaciones de residuos in situ y emisiones fugitivas.

Alcance 2: Son las emisiones indirectas de GEI que resultan de la compra de electricidad, calor o vapor utilizados para alimentar la iluminación de las instalaciones, los equipos de calefacción, ventilación y aire acondicionado, los calentadores de agua y similares.

Alcance 3: Son las emisiones indirectas de GEI en las que una empresa puede influir, pero no controla. Incluye: el transporte de materias primas para fabricar su producto, los viajes de negocios, los empleados que se desplazan al trabajo en vehículos que no son propiedad de la empresa y el transporte de combustibles comprados.

Para cualquier empresa los alcances 1 y 2 son los más fáciles de controlar. Sin embargo, gran parte de las emisiones de gases de efecto invernadero y también muchas oportunidades de reducción de emisiones y costes se encuentran fuera de las propias operaciones de la empresa. Por lo tanto, tener en cuenta las emisiones de alcance 3 permite mejorar la eficiencia energética de los productos, que los proveedores se comprometan más en la aplicación de iniciativas de sostenibilidad y que se identifiquen muchos riesgos de la cadena de suministro en materia de recursos y energía.

 

 ¿Qué hacer una vez se ha determinado la huella de carbono? Registro y certificación

En el año 2014 el MITECO creó el Registro de huella, compensación y proyectos de absorción de CO2. El objetivo de dicho registro es fomentar el cálculo y reducción de la huella de carbono de las empresas españolas. También facilita la posibilidad de compensar toda o parte de la huella de carbono, mediante una serie de proyectos forestales ubicados en territorio nacional.

Para dicho registro y certificación, aparte del cálculo de la huella de carbono, también es necesario:

  • Elaborar un plan de reducción de emisiones, que incluya por ejemplo medidas para: reducir el consumo de electricidad y de calefacción, fomentar el transporte sostenible (bicicletas, vehículos eléctricos…), utilizar menos papel…
  • Compensar todas las emisiones o parte de ellas eligiendo uno de los proyectos de absorción inscritos en el registro.

Los sistemas estandarizados más utilizados para el registro son el ya mencionado GHG Protocol e ISO 14064-1. Para productos o servicios, la medición se realiza teniendo en cuenta todo el ciclo de vida de dicho producto o servicio, y los estándares más empleados son: PAS 2050:2011 e ISO/TS 14067:2013.

Una vez pasados cuatro años de inscripción en el registro, se evalúa la tendencia de las emisiones de la empresa y si la organización presenta una senda con tendencia a la baja de las emisiones, obtendrá el sello completo (“Calculo, Reduzco y Compenso”).

Si bien hasta el momento la inscripción en este registro ha sido voluntaria, las medidas y los cambios legislativos de los últimos años pueden conducir hacia la obligatoriedad. La nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética prevé obligar a las empresas a que calculen y hagan pública su huella de carbono, además de trabajar en planes para reducir sus emisiones de gases invernadero. En el plazo de un año, en mayo del 2022, la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos, deberá determinar las empresas con actividad en España que estarán obligadas a calcular y publicar su huella de carbono, así como la periodicidad y los indicadores a utilizar. Todo esto se gestionará mediante el Decreto 163/2014, de 14 de marzo, por el que se crea el registro de huella de carbono, compensación y proyectos de absorción de dióxido de carbono.

 

¿Por qué debería mi empresa preocuparse por su huella de carbono?

Aparte de las normativas que se prevé se apliquen en un futuro cercano, la huella de carbono es útil para otros cometidos.

  • La huella de carbono sirve de referencia para el consumo y ayuda a determinar y a poner en marcha planes para reducirlo con el tiempo. Reducir la huella de carbono significa ahorrar dinero.
  • La huella de carbono puede ayudar a identificar problemas. Pasar revista a documentos, facturas y consumos pasados puede servir para encontrar errores y corregirlos. Por ejemplo, puede suceder que, al mirar las facturas de electricidad para realizar estos cálculos, se observa que un mes el consumo se disparó y nunca volvió a la normalidad.
  • Cualquier empresa que tenga un Informe de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) o comercialice que es “verde” necesita conocer su huella de carbono para cuantificar sus medidas de reducción y hacer más sólidos sus informes.
  • Cada vez más clientes solicitan cifras de la huella de carbono a las empresas con las que trabajan. Además de ayudarles a calcular sus propias emisiones de Alcance 3, utilizan estas cifras y los objetivos de tu empresa para reducir su impacto para decidir con quién trabajar.
  • Los consumidores también son cada vez más exigentes y quieren estar seguros de que consumen servicios y productos de empresas que tienen sellos de calidad.

 

¿Qué puedo hacer para reducir la huella de carbono de mi empresa?

Recordar las tres Rs: Reducir, Reutilizar, Reciclar

Las tres R deberían aplicarse en todos los ámbitos de una empresa, desde las oficinas, pasando por la producción hasta las cadenas de suministro.

Apostar por el abastecimiento sostenible

Trabajar con empresas, proveedores e intermediarios que también tengan registrada la huella de carbono.

Invertir en energías renovables

Adquirir energía renovable, bien a través de la contratación o la instalación de placas fotovoltaicas o aerogeneradores, significa no sólo contribuir a la sostenibilidad, sino que también es una inversión muy rentable que ayuda a ahorrar dinero.

Educar y concienciar al personal y a los clientes

Todo cambio comienza con el conocimiento. Para ello es necesario que todos los trabajadores, pero también los clientes de una empresa estén bien informados. Con este fin, se puede promover el diálogo entre los empleados a través de las prácticas y políticas de la compañía en torno a la sostenibilidad. También, se puede hacer llegar a los clientes las políticas de reducción de las emisiones de carbono para que también ellos sean conscientes de las tácticas que pueden utilizar para reducir las emisiones.

 

¿Cómo te ayudamos en Sampol Energía a reducir la huella de carbono de tu empresa?

En Sampol Energía te ayudamos a pasarte a la energía verde y así reducir considerablemente tu huella de carbono. Comercializamos energía de origen 100% renovable y también nos encargamos de la instalación de placas solares. Realizamos el estudio de tu instalación de autoconsumo por placas fotovoltaicas, ayudándote en la solicitud de subvenciones y compensando en tu factura de la luz los excedentes generados. Además, te asignamos un gestor que te asesorará y ayudará en cualquier consulta relacionada con tus necesidades y consumo de electricidad.

 

 

 

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