¿Qué es la energía verde?
Los términos energía verde, sostenible, regenerativa o renovable han pasado a formar parte del vocabulario popular en los últimos años, aunque su correcta definición pueda resultar dificultosa para la mayoría de nosotros. Brevemente, son aquellas energías que se regeneran de forma natural a un ritmo mayor al de su consumo. Es decir, están disponibles durante un período de tiempo ilimitado a diferencia de los combustibles fósiles como el carbón, petróleo y gas, cuyas reservas se van agotando paulatinamente debido a que su (re)generación requiere millones de años bajo condiciones especiales.
Dentro de las energías verdes encontramos la energía solar, hidráulica, eólica, geotérmica y las materias primas renovables. Por ejemplo, la madera para la producción de pellets o la colza para biodiésel, que entran en la categoría por su rápida regeneración.
No hay que confundir que sean “prácticamente infinitas” con que “estén disponibles en cantidades ilimitadas”. Todos los tipos de energías verdes proporcionan una determinada cantidad de energía, pero como ésta se sitúa muy por encima de la demanda mundial no es motivo de preocupación.
¿Cuáles son los beneficios de las energías verdes?
A este respecto, posiblemente la mayoría de nosotros respondería con algo similar a “no contaminan”. Y sí, sin duda su contribución a la sostenibilidad del planeta junto con su regeneración continua (mencionada anteriormente) son las ventajas más presentes y posiblemente las más importantes. La utilización de energías renovables contribuye a alcanzar las metas a medio y largo plazo de mitigación de cambio climático y sostenibilidad, cada vez más en el foco de la política y la sociedad.
Prueba de la voluntad de impulsar la transición energética son los numeroso planes, tratados, acuerdos… a nivel nacional, continental y mundial que se han adoptado a este respecto en las últimas décadas, de entre los cuales destaca la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Esta hoja de ruta fue adoptada por unanimidad por los estados miembros de las Naciones Unidas en septiembre del 2015. En ella, la comunidad global se ha fijado 17 objetivos (Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS) para un desarrollo sostenible a nivel social, económico y medioambiental. Dichos objetivos son:
Aunque llevará tiempo y requerirá grandes inversiones, sin duda merecerá la pena.
Sampol, una empresa local 100% comprometida con el desarrollo sostenible
En Sampol, conscientes de la importancia para el futuro del planeta y de la sociedad, decidimos apostar por las energías sostenibles frente a las fuentes de tradicionales.
Somos una compañía mallorquina que trabaja hace ya 85 años en el sector eléctrico a nivel internacional, cubriendo las áreas de instalación, generación y distribución eléctrica. Además, desde el año 2011 estamos cualificados por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) como suministrador por lo que podemos facturar la electricidad a cualquier titular de punto de suministro: particular, PYME, gran consumidor u organismo público.
La energía que comercializamos se produce en todo el territorio nacional a partir de energías renovables, por lo que contratando Sampol contribuyes a aumentar la demanda sobre la producción de energía verde y también al objetivo de conseguir un horizonte 100% renovable. Además, si tienes un tejado puedes instalar placas fotovoltaicas y generar tu propia energía. Sampol te asesora en la potencia que puedes instalar, te instala las placas, y te remunera el sobrante compensándote en tu factura de electricidad.
Y no nos paramos aquí, sino que también ofrecemos tarifas de luz que ayudan a ahorrar a nuestros clientes: familias, autónomos y empresas.
¿Te animas? Si quieres poner tu granito de arena para contribuir a un nuevo modelo energético más respetuoso con el planeta no dudes en contactarnos a través de nuestra web o nuestro teléfono gratuito +34 900 37 34 38.
¿En qué punto se encuentran las energías renovables en España?
El crecimiento de las energías renovables ha sido constante en las últimas décadas y el parque de generación eléctrica español es cada vez más verde. En el año 2019, las energías renovables suponían ya el 49,3% (un 10% más que el año anterior) de la capacidad de generación del país, estimada en más de 108.000 MW. En el cómputo global, de estos 55.247 MW el 46% corresponden a energía eólica, el 16% a energía solar fotovoltaica y el resto (38%) a otras energías verdes. Además, el año pasado también se estrenó la variante marina de la energía eólica con el primer parque offshore en territorio nacional en la isla de Gran Canaria).
¿Cómo funcionan los diferentes tipos de energías renovables?
Energía solar: Posiblemente la más conocida de todas y ¡con razón! La energía solar que llega a la Tierra supera con creces las necesidades energéticas de la humanidad. Para generar energía eléctrica a partir de energía solar se requieren paneles solares cuyo funcionamiento está basado en el efecto fotovoltaico.
Biomasa: Es un término genérico para las materias primas renovables, como la madera, las plantas (maíz, colza o girasoles) y los residuos vegetales. Para generar energía renovable, estas materias primas se trasladan a tanques de fermentación en plantas de biogás. Este gas a su vez se utiliza para generar electricidad sostenible.
Energía eólica: Utiliza el mismo principio que los molinos de viento, cuyos orígenes se remontan al siglo VII en Irán, lugar desde el cual se extendieron por toda Europa. En el caso de los molinos eólicos actuales, las turbinas impulsan un generador para la producción de la energía eléctrica. Para aumentar la eficiencia, las turbinas eólicas individuales se integran en los parques eólicos (marinos o terrestres). El viento es regenerativo y por lo tanto renovable porque es generado por los rayos del sol.
Energía hidráulica: Funciona de manera similar a la eólica, el agua que fluye impulsa una turbina que activa el generador. Se puede aprovechar usando los recursos tal y como surgen en la naturaleza (una garganta, una catarata natural, las mareas y corrientes oceánicas) o bien mediante la construcción de presas.
Energía geotérmica: El calor del núcleo y el manto de la Tierra es ideal para generar electricidad y energía. Las plantas de aprovechamiento de energía geotérmica pueden ser de agua caliente (si bajo tierra circulan capas de agua caliente) o secas (calor transmitido directamente a través de la piedra). En ambos casos se cavan pozos y normalmente (aunque el yacimiento sea líquido) se usa un proceso de inyección y reinyección de agua (u otro líquido) para generar el vapor que mueve la turbina que acciona el generador.